Peter Honey y Alan Mumford propusieron en la década de los 80, basándose en la teoría de Kolb, un modelo de estilos de aprendizaje para responder al interrogante de por qué entre dos personas que comparten contexto y texto, una aprende y otra no. Para ellos, cada individuo reacciona de forma distinta en función de sus necesidades acerca del modo en el que el aprendizaje se presenta. Por ello, le otorgan un carácter actitudinal a los estilos de aprendizaje, exponiendo que estos son variables y cambiantes a lo largo del tiempo, por lo que no pretenden hacer una clasificación, sino elaborar una herramienta que diagnostique los estilos de aprendizaje para incidir en aquellos menos sobresalientes, contribuyendo así a la mejora del proceso de E-A (Rodríguez, 2018; Soto, Cecybell, Iveth, Pérez y Gutiérrez, 2013).
Honey y Mumford apoyan el modelo teórico de Kolb y el proceso circular de aprendizaje que este expone. Sin embargo, no están a favor ni de su instrumento de análisis (LSI), ni de las descripciones que este ofrece (divergente, convergente, adaptador, asimilador). De este modo, elaboran el Cuestionario de Estilos de Aprendizaje (Learning Styles Questionnaire, LSQ) compuesto por 63 ítems, en un principio, y actualmente por 80 (Soto et al., 2013).
Exponen que el proceso de aprendizaje es continuo y se divide en cuatro fases:
Experiencial: en la cual comienza el aprendizaje al crearse una experiencia del individuo con el objeto de aprendizaje.
Revisión de la experiencia: consistente en la realización de un análisis de las experiencias por parte del individuo.
Concluyendo desde la experiencia: donde se elaboran las conclusiones una vez analizada la experiencia.
Planeación: en la que el individuo, una vez elaborada las conclusiones, planea el siguiente paso y retoma una experiencia, para repetir de nuevo el ciclo.
Siguiendo las fases, los autores establecen cuatro tipos de perfiles en función de sus estilos de aprendizaje (activos, reflexivos, teóricos y pragmáticos). El alumnado activo tiene una total involucración en las nuevas experiencias, se deja llevar por los acontecimientos, disfruta al trabajar rodeado de personas y suele ser entusiasta; el reflexivo tiende a adoptar la postura de observador, analizando sus experiencias desde múltiples perspectivas, recogiendo datos y analizándolos minuciosamente antes de emitir sus conclusiones, observando y escuchando antes de hablar; el teórico adapta e integra las observaciones que realizan en teorías complejas y bien fundamentadas, además, tienen un proceso de pensamiento secuencial; al pragmático le gusta probar nuevas teorías, ideas y técnicas, y llevarlas a la práctica (Gravini e Iriarte, 2008).
Honey y Mumford conciben que el estilo de aprendizaje individual de cada ser influye en la manera en la cual el individuo acepta y asimila la información, por lo que las experiencias de aprendizaje mejorarán en la medida en la que los discentes sean conscientes de sus estilos de aprendizaje (Cardona, Flórez, Sierra y Ruíz, 2017).
Así, las personas con un estilo de aprendizaje activo aprenderán mejor cuando intentan cosas nuevas, compiten en equipo, resuelven problemas, representan roles, son el centro de atención, dirigen reuniones y debates, intervienen de forma activa, se le presentan retos, problemas o desafíos, etc. Las que tienen un estilo reflexivo de aprendizaje aprenderán mejor cuando observen y reflexionen, trabajen sin presión, tengan su tiempo para hacer la tarea, revisan lo aprendido, piensan y asimilan la información antes de actuar, tienen una escucha activa, hacen análisis detallados, tienen la posibilidad de prepararse o leer con antelación algo que les proporcione información, etc. Por otro lado, los teóricos aprenden mejor cuando se les presentan situaciones estructuradas y con una clara finalidad; tienen tiempo para explorar metódicamente las relaciones y asociaciones entre situaciones, ideas y acontecimiento; cuestionan y ponen a prueba lógica y métodos que sean la base de algo; sienten presión, son partícipes de situaciones complejas, escuchan o leen ideas lógicas y racionales, están con personas del mismo nivel intelectual, etc. Por último, los pragmáticos aprenden mejor cuando se les expone un modelo que pueden emular, adquieren técnicas que se aplican a su trabajo de forma inmediata, elaboran planes de acción con un resultado evidente, se les ofrece indicaciones, tienen la posibilidad de poner en práctica técnicas con su feedback correspondiente, perciben muchas anécdotas o ejemplos, se concentran en cuestiones prácticas, etc. (Soto et al., 2013).
En cuanto al cuestionario antes mencionado, Catalina Alonso en 1992 lo adaptó al ámbito académico, ya que en un principio su carácter era empresarial. Así, nación el CHAEA o Cuestionario Honey-Alonso de Estilos de Aprendizaje, en el que el esquema del proceso de aprendizaje se divide en las siguientes etapas:
Reflexión: ¿Creéis que el sistema educativo le da más
preferencia a unos estilos de aprendizaje que a otros? ¿Por qué?
Algunos autores opinan que nuestro sistema educativo está premiando de manera sistemática a los alumnos teóricos y reflexivos, dejando en un segundo plano a los pragmáticos y activos.
Referencias bibliográficas
Cardona, S., Flórez, L., Sierra, K., & Ruiz, N. (2017). Los estilos de aprendizaje y su utilidad en la educación superior. Fundación Universitaria Colombo Internacional- Unicolombo, 1(8.), 31-37.Recuperado de http://www.unicolombo.edu.co/ojs/index.php/adelante-ahead/article/view/130
Gravini, M. l., e Iriarte, F. (2008). Procesos metacognitivos de estudiantes con diferentes estilos de aprendizaje. Psicología desde el Caribe, 22, 1- 24. Recuperado de https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=6868456
Rodríguez, R. (2018). Los modelos de aprendizaje de Kolb, Honey y Mumford: implicaciones para la educación en ciencias. Sophia, 1(14.), 51- 64. Recuperado de http://dx.doi.org/10.18634/sophiaj.14v.1i.698
Soto, R., Cecybell, V., Iveth, G., Pérez, S. y Gutiérrez, J. (24 de junio de 2013). Estilos de aprendizaje. [Entrada de un blog]. Recuperado de http://grupoocho0.blogspot.com/2013/06/introduccion-los-seres-humanos.html
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