Witkin
es un psicólogo cognitivista, que investigó el comportamiento social, las
funciones analíticas y las habilidades cognitivas. Acuñó, en la década de los
50, el término de “estilos cognitivos”, por primera vez. Definió los estilos
cognitivos como el modo en el que recuperamos, percibimos, codificamos y
procesamos la información. Además, distinguió dos estilos: el dependiente de
campo y el independiente de campo (Cué, Rincón y García, 2009; Cardona, Flórez,
Sierra y Ruiz, 2017).
Ambos
estilos cognitivos han sido unos de los más investigados. Quizás, pueda deberse
a la gran dimensión que abarcan, siendo evidente la representación de ambos
campos en la vida cotidiana de las personas; a la existencia de un marco
teórico que integra una gran variedad de funciones y fenómenos psicológicos que
en la mayoría de los casos se separa, y, a la disponibilidad de procedimientos
de evaluación efectivos (trabajo experimental) (Meza, 1987).
Aquellos que tienen un estilo cognitivo dependiente de campo requieren de la existencia de referencias externas o elementos contextuales, así como de claves visuales para orientarse; hacen una interpretación de todo lo que observan; se desenvuelven con facilidad en el aprendizaje de contenido social; requieren de una instrucción para llevar a cabo algo. Por el contrario, aquellas personas que tienen un estilo independiente de campo resuelven diferentes situaciones sin instrucción, tienen más referencias internas y se orientan mejor, es decir, ellas mismas son su propio referente (Meza, 1987; Velasco, 2009 en Cardona et al. 2017).
El
concepto de estilo cognitivo es el antecedente de lo que hoy conocemos como
estilo de aprendizaje, puesto que se extrapolaron los caracteres psicológicos
al ámbito educativo, defendiéndose que el concepto de “estilo de aprendizaje”
reflejaba mejor la multidimensionalidad del proceso de enseñanza-aprendizaje (Cardona
et al., 2017).
Witkin elaboró un instrumento de medición de los estilos de aprendizaje denominado Group Embedded Figures Test (Test de Figuras Incrustadas). Este está compuesto por 18 ítems en el que unas figuras geométricas están dentro de otras más grandes. El conjunto de ítems se presenta en un sistema de 8 tarjetas con las figuras simples y en dos sistemas de 12 tarjetas con las figuras complejas. Sus respuestas han de hacerse de forma individual en dos periodos de tiempo distintos (la prueba se divide en dos partes). Por otro lado, el autor realizó dos adaptaciones, desembocando en el test de Embedded Figures Test (Prueba de Figuras Ocultas) y el de Children's Embedded Figures Test, ampliando así el colectivo al que iba dirigido la prueba inicial (Witkin, Oltman, Raskin y Karp, 1971 en Cué, Rincón y García, 2009). Con estas pruebas se detectó que aquellas personas con dificultad para desenclavar la figura simple dentro de la compleja, se correspondía con las dependientes de campo (Meza, 1987).
Por
otro lado, ideó la Body-Adjustment Test o Prueba de Ajuste Corporal, en la que
el individuo debe sentarse en un cuarto inclinado, teniendo que ajustar su
cuerpo al plano vertical. De este modo, se ha descubierto que aquellos con un
estilo cognitivo dependiente de campo tienen tendencia a alinear su cuerpo
respecto a la inclinación del cuarto y que los independientes de campo tienen
tendencia a alinearse respecto al verdadero eje vertical (Meza, 1987).
Tras numerosos estudios se afirma que las personas dependientes de campo destacan por tener más desarrolladas las competencias interpersonales, mientras que las independientes de campo son más hábiles en la reestructuración cognitiva. Además, debemos señalar que, ante una situación interpersonal o cognitiva, las personas son “tendentes a” pero nunca son o totalmente dependiente o independientes de campo. Así, cada polo tiene sus propias características y estas están dotadas de neutralidad valorativa (Meza, 1987)..
Reflexión: Necesitamos
un voluntario/a. Nos gustaría que indicaseis en qué lugar puede estar la figura
de la izquierda en la figura de la derecha.
Referencias:
Cardona, S., Flórez, L., Sierra, K., &
Ruiz, N. (2017). Los estilos de aprendizaje y su utilidad en la educación
superior. Fundación Universitaria Colombo Internacional- Unicolombo,
1(8.), 31-37.Recuperado de
http://www.unicolombo.edu.co/ojs/index.php/adelante-ahead/article/view/130
Cué, J. L. G., Rincón, J. A. S., &
García, C. M. A. (2009). Instrumentos de medición de estilos de aprendizaje. Revista
de estilos de aprendizaje, 2(4). Recuperado de http://revista.ieee.es/index.php/estilosdeaprendizaje/article/view/886
Meza, A. (1987). Acerca de los estilos
cognitivos: dependencia-independencia de campo. Revista de Psicología, 5(2),
161-176. Recuperado de https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=6123415
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